Texto del Catálogo CASA DE VELAZQUEZ edited by ‘Casa de Velázquez’. 2021.
La concesión a Silvia Lerín de la prestigiosa Beca Velázquez, fruto del convenio de colaboración del Ayuntamiento de València con la institución francesa Casa de Velázquez, en Madrid, es, sin duda, un merecido reconocimiento a su fructífera y exitosa carrera artística. A pesar de su juventud, ya le han otorgado numerosos premios y ha disfrutado de becas y estancias en Estados Unidos y Reino Unido, desde 2013.
A lo largo de su evolución artística, Silvia Lerín realiza tanto obras de pintura, como de escultura, grabado, o instalaciones, con un indudable dominio de las diferentes técnicas. He seguido muy de cerca su trayectoria desde que nos emparejó la muestra colectiva Room Art como artista y crítica de arte (Centre del Carme, València, 2013), de la que quiero destacar y valorar su sólido y coherente trabajo.
Precisamente, el proyecto, Oxide, presentado a esta beca, nace de la serie Copper skin (Piel de cobre), iniciada en 2019. Título que hace referencia a esa pequeña película de oxidación que se crea sobre las superficies metálicas y que –a priori- podría recordar la decadencia o el abandono del paso del tiempo y la fragilidad de los materiales, pero que, lejos de esa idea preconcebida, de esa oxidación, surge una asombrosa y bella gradación tonal, llena de matices, que a la propia artista le recuerda su actual situación personal. Silvia Lerín trabaja principalmente la abstracción geométrica, con diferentes materiales: acrílicos sobre lienzo o papel, tubos, varas y planchas de cobre o telas, con los que investiga, experimenta y juega con las diferentes tonalidades y texturas, siendo el resultado de una enorme riqueza plástica y visual.
Para su estancia en la Casa de Velázquez, la artista ha realizado una serie de grabados, en collagraph, una técnica que permite experimentar pegando o ensamblando, sobre el soporte, materiales que puedan ser entintados y estampados. Para realizar las obras, se van adhiriendo diferentes materiales a la matriz del grabado. Sobre ese soporte, Silvia Lerín vuelve a experimentar, a probar, buscando el efecto de la oxidación de los metales sobre la superficie de la obra –como su piel-, surgiendo unas piezas de una sorprendente y fascinante gama cromática. Durante el proceso creativo aplica una capa de pintura acrílica, de efectos metálicos, y trabaja sobre la plancha con mezcla de tintas calcográficas para realizar, a continuación, la estampación. El resultado es un rico juego visual de texturas y veladuras, con un sugerente acabado de reflejos metálicos, diferentes en cada obra. Utiliza un papel de 300 gramos, 100% algodón, de un blanco natural que no altera el resultado definitivo del grabado.
La geometría vuelve a estar presente en estas propuestas de Silvia Lerín. En esta ocasión, el protagonista es un círculo formado al unir dos mitades de papel, que van pegadas en su parte central, emergiendo así una pequeña elevación o cresta. Un interesante eje de simetría que equilibra visualmente la obra y que, pintado tenuemente en la zona de unión, aporta sombras, dinamismo y un sutil reflejo metálico a cada ejemplar.
En esta serie, Oxide, Silvia Lerín investiga sobre la alquimia de los colores que resultan de la oxidación propia de metales como el cobre, bronce o latón, corrosión que crea una fina pátina y que la artista, realizando un juego visual o efecto óptico, experimenta y crea a base de pruebas, hasta conseguir unos colores propios de la oxidación o degradación de los metales y que oscilan, con pequeños, pero bellos y poéticos matices, entre los vibrantes y luminosos tonos del azul aturquesado y el vivo y enérgico verdín o verdigris y que otorgan una enorme calidad y personalidad a este proyecto.
Pilar Tébar
Presidenta Asociación valenciana de Críticos de Arte. 2021